- ¿El qué?
- Que le dais demasiadas vueltas a las cosas.
- ¿Tú crees?
- Sí, tardais mucho en decidiros.
- ¿Y por qué crees que lo hacemos?
- Os importa demasiado lo que puedan decir los demás.
- Tienes toda la razón.
- A veces os olvidáis de disfrutar
- ¿Sabes qué?
- Dime mamá.
- Nunca olvides de aprender como si fueras a vivir siempre.
Dicen que lo mejor de aprender algo es que nadie puede arrebatárnoslo. Si además esas enseñanzas te las regalan las dos personas que más quieres en este mundo, el aprender se vuelve maravilloso. Es bien curioso que, aunque sumando sus edades no lleguen a la mitad de la mía, mis hijos sean capaces de ofrecerme a diario las mejores lecciones.
Estoy justo en esa época de la vida en la que me apetece más aprender que enseñar, en la que mi maternidad se ha convertido en mi mejor aula. Aquella que me recuerda día tras día que es mucho más importante hacer que decir, me enseña a querer sin condición, a gozar cada vez que un "te quiero mamá" me eriza la piel.
Con él único propósito de no olvidarme de sonreír a diario, empiezo este 2016 recopilando una quincena de aprendizajes que mis hijos han sido capaces de enseñarme en el último año.
1. Saben priorizar lo que es importante, aquello que les hace realmente feliz.
2. Quieren sin peros ni pros, sin condición.
3. Expresan aquello que sienten sin miedo al que dirán.
4. Viven únicamente en el presente, lo exprimen al máximo.
5. El futuro no les preocupa, no actúan condicionados por él.
6. Cada día amanecen con ganas de aprender cosas nuevas.
7. Son tolerantes ante la diferencia, las etiquetas no existen en su diccionario.
8. Son capaces de sorprenderse por cosas insignificantes, ven la vida de forma fascinante.
9. Son honestos a la hora de decir aquello que necesitan, sienten, odian o piensan.
10. Perdonan sin rencor.
11. Tienen una forma maravillosa de entender la libertad.
12. Se ríen de ellos mismos dándole la importancia exacta que tienen las cosas.
13. Les basta un beso o un abrazo para sentirse protegidos.
14. Son capaces de ponerse contentos sin motivo.
Que bonito Sonia! Yo he aprendido a que uno de mis mayores defectos es la impaciencia( a parte de la inconstancia en la dieta... ) quiero trabajar en ello! Un besito y gracias por regalarnos siempre tus reflexiones y las de tus hijos.
ResponEliminaUn abrazo muy fuerte!
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ResponEliminaDels meus fills he après ue no importa uantes vegades caiguin, sempre es tornen a aixecar amb un somriure...
Són els nostres millors mestres
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