diumenge, 5 de novembre del 2017

QUIERE TU IMPERFECCIÓN

-  ¿A ti te da miedo que vean que te equivocas?

-  En absoluto.

- ¿Y si no les gustan tus defectos?

- Nadie es perfecto.

- ¿Y no intentas esconderlos?

- Lo mejor que puede pasarnos en la vida es querernos sin condición.

Disfrazamos nuestras imperfecciones buscando la captura perfecta. Tuneamos con filtros nuestros defectos por miedo a no ser aceptados. Vivimos en la época de las apariencias, las tendencias, los likes. Depuramos nuestra vida para que a los otros les fascine, fingimos ser algo para lo que no estamos preparados. Vendemos nuestro ser por poseer y convertimos el pretexto en el mejor aliado para nuestro inmovilismo.

Nos empeñamos a hacer lo que los otros desean, sentimos lo que marcan las tendencias. Nos enamoramos únicamente del brillo de las cosas obviando lo que realmente significan, buscamos que sean los otros los que decidan por miedo a que conozcan nuestras debilidades. Permitimos que cualquiera juzgue nuestra vida olvidando el impacto que produce en nuestra alma.  Nuestras aspiraciones quedan relegadas a la aprobación de los otros, a esperar el momento perfecto.

Somos infelices por nuestro excesivo nivel de exigencia, de culpa, de vulnerabilidad. Nos da miedo conocernos a fondo por pavor a encontrar a alguien que no guste a los demás. La lista de tareas pendientes aumenta a diario por nuestro conformismo, por nuestra falta de iniciativa. Nuestras ambiciones se van desdibujando a medida que aumentan nuestros complejos.

Es más seguro vivir en la zona que controlas, enseñando únicamente las cartas que hablan de tu parte que destaca. Sin correr riesgos, sin creer en tu capacidad de triunfar. Viviendo en la constante insatisfacción, en la incomodidad de no reconocerte cada vez que te miras al espejo. La búsqueda de la perfección nos paraliza, acaba con nuestra autenticidad.

Todo cambia en el instante que eliges ser tú quien dirige tu destino, de tener coraje para ser uno mismo, para ser coherente con lo que sientes. Decidiendo que la opinión de los demás acaba donde empiezan tus sueños, aprendiendo a dejar ir, a soltar.

Te das cuenta que todo es más fácil cuando eres capaz de querer tus incorrecciones y dejas de esconderte. Admitiendo tus manías, tus raíces, tus sombras.  Enamorándote de tus cicatrices, de tus arrugas, de tu forma de bailar en los escenarios. Estando orgulloso de quien eres sin tamiz, sin traicionar a tus sentidos, sin reservas.  Aprendiendo de cada uno de tus fracasos, tus malas elecciones, tu falta de agallas. Sabiendo que lo que realmente te define son nuestras obsesiones, nuestros momentos absurdos, las sombras que aparecen mientras caminamos.

Atreviéndote a buscar tu sintonía, comprendiendo tu torpeza, cambiando la culpa por aprendizaje. Sintiéndote merecedor de tus triunfos, viviendo sin necesitar cumplidos, inventando lo que te apetezca. Entregándote a lo que realmente te apasiona, dejándote sorprender por la vida, sin esperar garantías, sin creer que es tarde para intentarlo.

Hijo, benditas imperfecciones nunca olvides que siempre es el momento.

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