diumenge, 21 de gener del 2018

LO QUE DE VERDAD IMPORTA

Nos empeñamos a desear cosas que seguramente no necesitamos, que quizás no merecemos o para las cuales no estamos preparados. Nos ofuscamos a convertir lo innecesario en imprescindible, en crear necesidades que no van a hacernos más felices. Disfrutamos de una vida confortable que nos empeñamos a llenar de pretextos, de postergas, de culpas. Vivimos obsesionados por agradar a los demás, por imitar la felicidad que otros venden, por seguir los cánones que marcan las tendencias, dejándonos llevar.

Hemos dejado de ser honestos con lo que realmente sentimos. Ya no somos capaces de apreciar las cosas corrientes que son extraordinarias, de disfrutar de lo más simple, de mostrarnos agradecidos por  todo lo que poseemos, de valorar cada detalle que tienen con nosotros. Dejamos escapar  a diario maravillosas oportunidades para aprender, para sentir, para crecer. Nos conformamos con sobrevivir olvidando el privilegio que tenemos de poder estar aquí aún.

Todo sería más fácil si fuésemos capaces de vivir sin miedo a ser, a fracasar para progresar, a crear nuestras propias métricas. A tener las agallas para decidir, para tomar las riendas de nuestros días sin que nos tiemble el pulso, para avanzar . Nos hemos habituado a ser felices a medias, a desear sin avaricia, a ver pasar las oportunidades.

Ojalá tuviésemos la osadía de vivir la historia que nos gustaría recordar, de querer lo que ocupa nuestro presente, de saber con determinación LO QUE DE VERDAD IMPORTA.

Lo que de verdad importa es aprender a tratarnos con honestidad, con dulzura, aceptando nuestros defectos pero valorando con firmeza todas nuestras virtudes.

Lo que de verdad importa es saber que somos las decisiones que nos atrevemos a tomar, que nuestra perseverancia va determinar nuestros triunfos, que nuestro talento debe ir acompañado siempre de trabajo.

Lo que de verdad importa es aprender a llorar sin escondernos, a emocionarnos sin excusas, sin negar lo que nos duele. Gritar para romper con nuestros fantasmas,  permitirnos sentirnos rotos, vulnerables. Abrazando la imperfección, dispuestos a aprender de cada tropiezo.

Lo que de verdad importa es descubrir todas las formas de decir te quiero, abrazar sin contenernos, besar con dulzura. Llorar acompañados, compartir silencios que sanan nuestro interior.

Lo que de verdad importa es aprender a decir NO, dejar de acomodarnos, de esconder lo que nos avergüenza, hacer que las cosas pasen. Despojarnos de nuestros absurdos complejos, creer en nuestra propia magia, hacernos respetar.

Lo que de verdad importa es tener la valentía de mirar el miedo con coraje, comprometernos con todo aquello que nos toca el alma, dejar de disfrazar nuestros sueños por temer el fracaso.

Lo que de verdad importa es valorar cada pequeña muestra de afecto, aquellos detalles que te encogen el corazón, que te reconfortan y alientan a seguir intentándolo. Vivir despacio para paladear todo lo bueno que nos pasa.

Lo que de verdad importa es vivir despacio para paladear todo lo bueno que nos pasa, cuidar de la gente que nos quiere, compartir con ellos nuestro entusiasmo, mostrar nuestra mejor versión sin reservas.

Lo que de verdad importa es confiar que todo lo bueno acaba llegando, creer en la intuición, dejar sorprendernos por el destino. Aceptando que no existen los atajos, las trampas y que las mentiras nunca son buenas compañeras de viaje.

Lo que de verdad importa es admitir que echamos en falta a las personas que ya se han ido porque nos hacían mejores, porque confiaban en nosotros, porque las necesitábamos a nuestro lado.

Y para ti, ¿qué es lo que de verdad importa?

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