Hoy se inicia un año nuevo repleto de buenas intenciones y muchos retos por cumplir. Con la lista de propósitos ya preparada y 365 días por delante para que se puedan conseguir. Estos serían: mejorar los hábitos para que sean más saludables, pasar más tiempo de calidad con las personas queridas y aprender nuevas cosas que alimenten el intelecto y la ilusión y que, seguramente, aparecen en la mayoría de listas de deseos para 2023.
Este domingo 1 de enero, padres e hijos se despiertan embriagados por la ilusión de olvidar todo lo malo que trajo el año pasado. Doce meses en el que se padecieron los últimos coletazos de la covid-19 que condicionó durante demasiado tiempo la forma de relacionarse, en los que se aprendió a convivir con este virus de una forma más tranquila y cesaron los confinamientos que tanto hicieron sufrir a muchos.
Un 2022 convulso que ha castigado duramente la economía con la subida estrepitosa del precio de los alimentos, de la electricidad y del gas. En el que se inició también la terrible invasión de Rusia en Ucrania y que aún no ha finalizado. Además, todavía millones de personas en el mundo siguieron sufriendo pobreza extrema y viviendo en condiciones infrahumanas. Aunque también pasaron cosas maravillosas durante estos meses: como los avances científicos en la cura de la diabetes, el cáncer y el diagnóstico del alzhéimer o las muestras de solidaridad en todo el planeta con los pueblos que más sufren.
Yo este año he decidido ponerme pocos propósitos para centrar toda mi energía en conseguirlos. Con el paso de los años, he aprendido que si elaboro una larga lista de objetivos termino no cumpliéndolos porque me acaban invadiendo las postergas o las excusas. Para 2023, he elegido pocos pero muy importantes: todos ellos centrados en mi autocuidado y en la educación de mis hijos.
En mi opinión, cada inicio de año los padres y madres deberían animar a los niños y adolescentes a establecer su propia lista de propósitos. Una lista de pequeños objetivos que quieran alcanzar durante los próximos meses. Escribirlos, además, junto a ellos hará que se comprometan más fácilmente y muestren ilusión por conseguirlos. Los adultos deberían ayudarles a buscar objetivos concretos y realistas tanto a nivel propio como familiar.
Estableciendo muy detalladamente con ellos los pasos necesarios que deberán seguir para poderlos lograr. Explicándoles que para conseguirlos tendrán que centrar toda su atención en el proceso y no únicamente en el resultado. Siendo muy conscientes que a lo largo del camino se encontrarán algunas dificultades y deberán ser persistentes y trabajar duro.
El hacerlo por escrito ayudará a niños y adolescentes a evaluar todo aquello que ya hacen bien y los aspectos que necesitan mejorar. Les posibilitará fortalecer la disciplina y la voluntad, potenciará su autoestima y autonomía personal, su capacidad para resolver contratiempos y les enseñará que los tropiezos son imprescindibles para aprender.
Los propósitos educativos que los padres les deberían marcar deben centrarse en su crecimiento personal. Un desarrollo que nada tiene que ver con que sean populares, obtengan siempre excelentes notas y destaquen sobre los demás. Si no que fomenten una estabilidad y progreso basado en que aprendan a esforzarse por lo que de verdad desean, a cuidar y respetar a los que les quieren, a mostrarse generosos, agradecidos y colaboradores con los que lo necesitan.
La experiencia como madre y docente me ha enseñado que los objetivos más importantes que deberíamos marcarnos en la educación deberían ser:
- 1. Que sean niños y jóvenes libres y con autonomía. Con un pensamiento crítico que les permita pensar y decidir sin sentirse condicionados por lo que puedan pensar u opinar los demás.
- 2. Que aprendan a ser dueños de sus vidas, que luchen por cada uno de sus sueños y no los dejen en manos de la suerte o del destino. Que estén dispuestos a esforzarse todo lo que haga falta sin poner excusas, siendo conscientes que en ocasiones la vida será injusta. Que aprendan a pedir ayuda sin vergüenza.
- 3. Que sepan amar a los demás aunque sean muy distintos a ellos. A mostrarse respetuosos ante la diferencia de edad, género, religión e ideología. Sin juzgar el camino que deciden elegir los otros y mostrando interés por conocer formas de vivir y pensar diferentes a las suyas.
- 4. Que encuentren aquellas cosas que le llenen la vida de ilusión a través de la música, la ciencia, la literatura o el deporte. Que no se cansen nunca de aprender, de investigar, de preguntar las dudas, de mejorar un poco a diario. De conocer a gente nueva o viajar descubriendo lugares maravillosos.
- Seguir leyendo en : https://elpais.com/mamas-papas/expertos/2023-01-01/estos-son-los-propositos-de-2023-que-todo-padre-desea-para-sus-hijos.html
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