Sònia

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diumenge, 20 d’octubre del 2019

¿CÓMO SE EDUCA A UN ADOLESCENTE?

Le miras y te das cuenta que ya no es aquel niño al que acurrucabas entre tus brazos cuando tenía miedo o aquel que te pedía un cuento antes de irse a dormir. Ahora ves a un joven con ganas de descubrir el mundo a su manera, al que en muchas ocasiones le cuesta escuchar tus opiniones, que solicita su espacio para alejarse del nido.

Un volcán en erupción que estalla a menudo sin poder entender muy bien el motivo, un cóctel de emociones desbocado que intenta buscar su lugar en el mundo. Una persona en proceso de cambio, de descubrimiento, de construcción de su propia identidad. Con emociones poco moduladas, con sentimientos confusos, con altas dosis de impulsividad. 

Un adolescente con poca capacidad para la autocrítica, que vive entre la euforia y el catastofismo, las risas y el mal humor. Una época de sana desobediencia, de numerosos aprendizajes, de búsqueda de nuevos límites. De vulnerabilidad y fuerza a igual medida, de rebeldía y egocentrismo en estado puro.

Este combinado explosivo hace que en muchas ocasiones acabemos etiquetando a nuestros adolescentes de pasotas, interesados o egoístas. Que miremos la etapa desde la confianza o el enfado, enfocando nuestras relaciones en los conflictos, las amenazas y las contradicciones que surgen casi a diario. Un estado de permanente alerta que nos aleja en ocasiones de sus vidas, que nos llena de prejuicios y temores.

Deberíamos ser capaces de aceptar que nuestros hijos o alumnos adolescentes han crecido, que necesitan su espacio, que son desobedientes por naturaleza. De entender que muestran dificultades para expresar lo que sienten o necesitan, para ser pacientes, para gestionar los errores.

Ojalá fuésemos capaces de conectar con ellos emocionalmente,  acompañarles sin dramatismo con sacos de paciencia y sentido común. Sin desesperar ante los desplantes, las discrepancias y los conflictos que se entrelazan.

Aprendamos a dejar la distancia necesaria para que puedan crecer libres, para que tomen decisiones de forma autónoma, creamos en ellos sin condición. Querámoslos cuando más nos necesitan, cuando más frágil se sienten, cuando más vulnerables son.

Mostremos las ganas de entender el amasijo de emociones que les invaden, los conflictos internos que sienten a diario, las salidas de tono. Enseñándoles a gestionar los riesgos, los cambios anímicos, la melancolía.

Logremos acompañarlos aceptando que sus necesidades e intereses han cambiado, sin imponer nuestro modelo de vida, convirtiéndonos en el mejor influencer que puedan tener. Estando presentes, disponibles, sin imposiciones ni amenazas.

Recordándoles a diario lo mucho que nos importan, lo orgullosos que estamos de ellos, con un lenguaje lleno de respeto y grandes dosis de afectividad.

Ayudémosles a descubrir sus propios valores, a mirarse con cariño ante el espejo, a quererse sin peros ni pros. Sigamos contagiándoles las ganas de aprender, de descubrir un mundo de oportunidades, de valorar las pequeñas cosas.

Compartamos actividades que fortalezcan  nuestras relaciones, marquemos normas que les protejan, encorajémosles a ser valientes, a trabajar por lo que desean. Compartamos sus miedos e inquietudes sin recelo, entendamos su mundo digital, desarrollemos su espíritu crítico.

A un adolescente se le educa con empatía, con respeto y con grandes dosis de amor.

dissabte, 5 d’octubre del 2019

10 COSAS QUE TODOS LOS NIÑOS DEBERÍAN APRENDER

- ¿Qué es lo más importante que debería aprender?

- Lo que de verdad importa.

- Ya, pero de eso no te examinas.

- Exprimir la vida debería ser tu prioridad.

- ¿No te preocupa que escriba o cuente bien?

- Lo que más me importa es que todo lo que te propongas te haga feliz.

Nos obsesionamos con que nuestros hijos o alumnos aprendan el máximo de contenidos. Pocas veces nos planteamos si lo que nos empeñamos a que memoricen o practiquen les ayudará a conseguir el objetivo prioritario en sus vidas, ser felices.

A menudo olvidamos enseñarles las competencias necesarias para vivir en equilibrio, para que crean en sus sueños, para que se respeten, valoren y sean capaces de seguir su intuición.

A medida que nuestros hijos o alumnos crecen empiezas a ser consciente que lo realmente importante que deberían aprender es:

1Las GANAS de VIVIR se entrenan cada día. Dándole una oportunidad a cada nuevo amanecer, deseando avanzar a diario, creyendo que cada paso te acerca a tu objetivo. Olvidando las veces que hayas tropezado, buscando los mejores cómplices de viaje.

2. Haz lo que te haga FELIZ con mucho EXCESO. Busca lo que te ilumine la mirada, aquello que te toque el alma, eso que te robe el sueño a diario.

3. Los DESEOS no se piden, se CUMPLEN. Actúa, trabaja, traza puentes, dibuja soluciones, empieza de nuevo las veces que sea necesario. Con firmeza y coraje.

4. Al final SOMOS lo que nos atrevemos a INTENTAR. Sin miedo a probar, a fallar, a avanzar aunque los otros no lo entiendan. Aprendiendo de cada tropiezo, siendo valientes, osados.

5. Las EXCUSAS sólo valen para perder OPORTUNIDADES. El mañana quizás no exista, el presente es lo único debemos exprimir. Sin postergar, sin buscar culpables, sin envidiar. 


RODÉATE de personas que se alegren de cada uno de tus ÉXITOS. Que te ayuden a sumar, que te ofrezcan buenos consejos, que te quieran sin condición. Que te critiquen con la intención que mejores, que te ayuden a ser más fuerte.

7. VALORA lo que tienes a DIARIO. Da las gracias, muéstrate agradecido, aprende lo que realmente es importante, ayuda desinteresadamente.

8. Cuando NADIE te ve es cuando tienes que mostrar tu mejor VERSIÓN. Quiérete sin condición, con avaricia, mantén el compromiso contigo mismo a diario. Sonríete ante el espejo con dulzura, aceptando tus imperfecciones, 

9. SONREÍR aunque duela es la mejor forma de seguir. Acepta los fracasos, los imprevistos, creyendo que a menudo los mejores comienzos aparecen tras los peores finales.

10. GANAR por casualidad nunca será una buena opción. Trabaja sin descanso, reajusta tu brújula las veces que sean necesarios, vive despierto. Siente que mereces todo lo bueno que te pase.

Hijo o alumno si quieres aprender algo importante, aprende a amar la vida con AVARICIA.