Sònia

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dilluns, 1 de gener del 2018

LA GENTE QUE VALE LA PENA

La gente que vale la pena huele a amabilidad, a esperanza, a caminos por descubrir. No necesitan la aprobación de los otros para tener motivos para sonreír, parar brillar, para decidir. Creen en el poder del sentido del humor, de los abrazos, de las miradas.

La gente que vale la pena entran en tu vida sin hacer ruido, la enriquecen con pequeños gestos, la hacen mucho mejor. La llenan de sensatez, de motivos para seguir.

La gente que merece la pena no buscan protagonismo ni necesitan likes. No venden sus vidas en busca de reconocimiento ni simulan ser algo que no sienten. Inspiran, cumplen sus promesas, no necesitan golpes de suerte para ser feliz.

La gente que merece la pena no juzgan ni comprometen. No intentan imponerse, se adaptan, aceptan, confian. Celebran los éxitos ajenos, elogian, empatizan. Demuestran.

La gente que merece la pena convierten lo ordinario en extraordinario, creen en la magia de las casualidades, enmiendan sus errores con trabajo.

Las personas que merecen la pena diseñan sus propias normas, exprimen las horas, se muestran inconformistas. Toman decisiones y diseñan mapas.

La gente que merece la pena saben lo que quieren y van a por ello sin titubear. Dicen lo que piensan y hacen lo que dicen. Son héroes sin capa capaces de bailar ante las adversidades.

Las personas que merecen la pena te impregnan de optimismo, de intención. De valentía, confianza e ilusión. Dan sin esperar recibir, sanan con sus palabras, actúan de corazón. 

Las personas que merecen la pena agradecen y valoran los cumplidos, se equivocan sin culpar a los demás, se quieren sin condición.

Las personas que merecen la pena hacen del fracaso el mejor aprendizaje, batallan por sus sueños, creen en su intuición.

Las personas que merecen la pena se enorgullecen de sus cicatrices, de sus arañazos, de lo que  aprenden cada vez que la vida se les complica.

Las personas que merecen la pena rompen corazas, comparten silencios y charlas al amanecer. Expresan lo que sienten, empiezan antes de estar preparados.

Las personas que merecen la pena son nobles, transparentes, conectan con la emoción. Dejan huella en tus días, transmiten serenidad.

Las personas que valen la pena saltan con confianza hacia sus retos, crean caminos, luchan contra sus fantasmas sin justificar sus errores. Asumen las consecuencias de sus acciones, se adaptan a las tormentas.

diumenge, 1 de gener del 2017

GENTE DIFERENTE

- ¿Cómo hay que ser para ser especial?

- Ser simplemente tú.

- ¿Y si a los demás no les gusta lo que muestras?

- Quizás no sepan apreciar todo lo bueno que hay en ti.

- ¿Y cómo sabré elegirlos?

- Sólo debes rodearte de aquellos que te hagan mejor.

Es cierto que todos somos especiales pero hay quien lo es de una forma peculiar. Gente singular, que marcan diferencias, que calan en tu vida sin pretenderlo. Que aparecen siempre por casualidad y son capaces de cambiar tu existencia, que aportan algo mágico a tu destino. Aquellos que necesitas a tu lado sin un motivo concreto, sólo porque sí.  Que amenizan tus días, que no tienen en cuenta tus carencias, que tienen el don de hacerte mejor. Que hacen justo lo que necesitas sin que lo tengas que pedir, que le dan a tu existencia un cariz diferente.

Personas que producen respeto, que generan pasiones, que gozan de todo lo que hacen. Que saben bailar con las dificultades, que ven oportunidades donde otros sólo ojean niebla. Que cambian lo que viene de serie, que nunca se enfadan con el destino, que no culpan al pasado, que son los únicos responsables de pintar su presente. Que no vetan sentimientos, que manejan los contrastes, que no creen en las excusas. 

Aquellas personas que complacen a los que aman, que no toman atajos, que encuentran las contraseñas, que viven sin medida, que regalan oportunidades. Que rechazan los dobles sentidos, las interpretaciones, que no esperan que las cosas sucedan. Que no dejan de dar pasos, que se hacen enormes con su trabajo, que no se rinden. Aquellos que nunca negocian con cobardes, que cumplen sus propósitos, que son lo que deciden ser.

Gente que ocultan sus miedos, que lideran con aliento, que exprimen sus talentos, que se sacian de vida. Que dicen lo que sienten, que aprecian lo que tiene, que crean soluciones, que contagian entusiasmo, que siempre dan las gracias. Que saben potenciar las virtudes de los otros, que comparten su aliento, que creen en ti aunque aunque estés a punto de tirar la toalla. 

Aquellos que siempre son capaces de robarte sonrisas, que invitan a aventuras, que sacuden cuando más lo necesitas. Que enseñan nuevos colores, que quieren cuando menos lo mereces, cuando pocos te soportan. Que aconsejan sin sermones, que estiman sin requisitos, que no sucumben a los que no se atreven.

Personas que rechazan el letargo, que creen en la imprudencia, que aspiran a todo. Que aprenden haciendo, que van siempre de frente, que no conspiran ni necesitan de estratagemas. Que son contundentes con sus decisiones, que avalúan sin miedo a encontrar. Que hacen de la vida algo sencillo, que exprimen cada instante, que siempre hacen que aprendas.

Que perdonan, escuchan, aprecian, que suman. Que se quieren y respetan, que tienden puentes, y trazan planes sin esperar el momento adecuado. Que cambian de rumbo sin titubear cuando es necesario, que sueñan al alba, que aspiran a todo.

Personas junto a las que los próximos años quiero tener a mi lado, quiero que compartan mi suerte, de las que quiero empaparme de su saber.