- Notarás algo por dentro.
- ¿Aunque no sepa exactamente lo que quiero?
- Pese a que no sepas muy bien hacia donde tirar.
- ¿Y si lo intento y me doy cuenta que me he equivocado?
- Te tocará volver a saltar.
SALTAR da miedo, hacerlo por primera vez aterra. Ese preciso momento en el que nos invaden los fantasmas, las dudas, los por qué. Donde nos planteamos si seremos capaces de lograrlo, si estamos suficientemente preparados, si los demás lo llegarán a entender.
Están los que piensan, programan, desean pero nunca actúan. Los que postergan, inventan excusas o malgastan su genialidad. Aquellos que crean ataduras, inventan dogmas o diseñan evasivas. Esos que envidian a los que se atreven, que desean lo que no están dispuestos a intentar, que esperan que la fortuna les regale lo que los otros consiguen con actitud.
Los otros son los que SALTAN sin que les tiemble el pulso, los se han cansando de quedarse sólo en el intento, de que les expliquen que se siente al conseguirlo. Esos que sienten la imperiosa necesidad de poner su alma en lo que tocan, de llenar su vida de propósitos, sin dar explicaciones, sin buscar razones, aunque les toque andar solos en el camino. Los que pasan largas noches en vela creando, estableciendo estrategias, esbozando soluciones, delineando coyunturas.
Aquellos que confían en su pulso, crean oportunidades y se sienten extraordinarios por el simple hecho de intentarlo. Que no se esconden, que huyen de la rutina que les apaga, sin buscar coartadas, sin dibujar pretextos. Aceptando el miedo como parte del trato, viviendo despierto, acometiendo lo que les inquieta. Creyendo que las dificultades hacen al camino más mágico, que sobresalen de ellos mismos, que creen con determinación.
Aquellos que confían en su pulso, crean oportunidades y se sienten extraordinarios por el simple hecho de intentarlo. Que no se esconden, que huyen de la rutina que les apaga, sin buscar coartadas, sin dibujar pretextos. Aceptando el miedo como parte del trato, viviendo despierto, acometiendo lo que les inquieta. Creyendo que las dificultades hacen al camino más mágico, que sobresalen de ellos mismos, que creen con determinación.
Buscando la excelencia, devorando cada paso, cogiendo más impulso cuando todo se complica. Rediseñando sus vidas a diario, sin creer en la suerte y sí en el trabajo, reconociendo el pánico a los desconocido, creyendo en lo imposible, esos que no se conforman con nada que no les haga sonreír. Creando métodos, rompiendo muros, responsabilizándose de su propia felicidad.
Esos que viven acorde a sus sueños, que exprimen sus días con acierto, que están en paces con su ego. Sin caer en sus trampas, sin desear nada que no merezcan, sin atajos ni enredos. Que fallan pero no bajan los brazos, que aman el riesgo con responsabilidad
Hijo quien se atreve a SALTAR siempre gana.
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