- ¿Tú también crees que hay actividades de chicos y de chicas?
- No, ¿por qué deberíamos diferenciarlas?
- ¿Y por qué hay niños de mi clase que no se creen que tú corras
maratones?
- ¿Tú crees que el sexo determina que puedas correr una maratón?
- Claro que no, depende del esfuerzo que estés dispuesto a hacer
para prepararla. Yo lo que veo es que papá y tú sois capaces de hacer lo mismo.
- Exacto, las cosas las logramos por nuestra capacidad,
independientemente del sexo que tengamos.
- ¿Y por qué se extrañan cuando explico que papá plancha?
- Porqué seguramente en sus familias no hayan entendido la
necesidad que las tareas domésticas estén repartidas de forma igualitaria.
- Si nos repartimos las faenas tenemos más tiempo para jugar
juntos.
- Trabajar en equipo siempre tiene una gran recompensa.
Aunque en los
últimos años nuestra sociedad haya dado pasos agigantados hacia a una igualdad
de género, aún vivimos lejos de conseguirla. A diario, en nuestro entorno,
observamos innumerables situaciones en las que se demuestra que aún
perduran las diferencias, las discriminaciones y los prejuicios entre sexos.
Las madres, los
padres y los educadores tenemos la posibilidad de trabajar activamente para
acabar con estas desigualdades. Somos los principales transmisores de valores y
estereotipos de género y, por este motivo, la RESPONSABILIDAD de ofrecer
a nuestros pequeños una educación basada en la IGUALDAD y el RESPETO. Una
igualdad REAL, con el gran objetivo de conseguir un desarrollo integral basado
en la LIBERTAD y la igualdad de OPORTUNIDADES.
Una educación no
sexista, donde la paridad de género, el respeto a la diferencia y el trabajo de
la corresponsabilidad sean la clave para formar a nuestros hijos. Y eso sólo lo
conseguiremos regalándoles el mejor de los EJEMPLOS. Seamos familias en las que
la convivencia esté basada en los principios de la CORRESPONSABILIDAD y donde
padre y madre estén igual de implicados en la educación. Donde se potencien las
capacidades independientemente de si son niñas o niños, donde se den las mismas
posibilidades para aprender, experimentar y soñar.
Construyamos las
MISMAS EXPECTATIVAS hacia nuestros hijos indistintamente del sexo que tengan. Potenciemos
comportamientos libres de roles impuestos y actitudes donde TODOS nos mostremos
valientes; capaces de todo, donde no exista el sexo débil. Dejemos elegir
libremente a nuestros hijos las actividades que les gustaría hacer sin miedo al
que dirán, desterremos los comportamientos que excluyen, que marcan
diferencias. Eliminemos el vocabulario sexista de nuestras conversaciones y no
ofrezcamos artículos de consumo o actividades de ocio que refuercen la
diferencia. Mostrémonos CRÍTICOS con toda desigualdad.
Eduquemos en el COMPROMISO y la RESPONSABILIDAD dentro de la familia, apostando por una distribución EQUITATIVA de las tareas domésticas desde bien pequeños, libre de estereotipos, donde TODOS los miembros estemos dispuestos a cooperar. Una corresponsabilidad que mejorará el bienestar familiar, las relaciones, estrechará vínculos y regalará a todos más tiempo de ocio familiar y personal. Asumir responsabilidades potenciará en nuestros hijos valores tan importantes como el esfuerzo, la perseverancia, la tolerancia, la autonomía y la confianza en uno mismo.
Eduquemos en el COMPROMISO y la RESPONSABILIDAD dentro de la familia, apostando por una distribución EQUITATIVA de las tareas domésticas desde bien pequeños, libre de estereotipos, donde TODOS los miembros estemos dispuestos a cooperar. Una corresponsabilidad que mejorará el bienestar familiar, las relaciones, estrechará vínculos y regalará a todos más tiempo de ocio familiar y personal. Asumir responsabilidades potenciará en nuestros hijos valores tan importantes como el esfuerzo, la perseverancia, la tolerancia, la autonomía y la confianza en uno mismo.
Aprendamos a
DELEGAR, a implicar, a gestionar nuestro tiempo para eliminar de nuestros días
la sobrecarga de trabajo. Tomemos decisiones de forma conjunta, valoraremos
cada pequeño esfuerzo de los de nuestro alrededor, aprendamos a pedir ayuda
antes de llegar a nuestros límites. Sumemos esfuerzos sin querer aparentar,
creamos en el EQUIPO.
Seamos familias que
decidamos vivir en la igualdad, en plena corresponsabilidad doméstica y donde
la educación de nuestros pequeños sea un proyecto en el cual padre y madre
vayamos de la mano con el objetivo común de construir una sociedad justa y
equitativa para nuestros hijos.
Logremos un mundo
donde TODOS podamos soñar GRANDE.
En eso estamos en casa, en la corresponsabilidad! Lástima que algunos familiares sean tan anticuados que aún crean en machismos, contra los que hay que dar explicaciones por ser contradictorios con la educación en el seno familiar más cercano.
ResponEliminaHay que educarles con el ejemplo.
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