Sònia

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divendres, 22 de març del 2019

EDUCAR EN EL USO DEL MÓVIL


Vivimos en la era de la tecnología, de la inmediatez, donde todo cambia a toda velocidad. Los teléfonos móviles han pasado a estar omnipresentes en nuestra vida convirtiéndose en una herramienta imprescindible en nuestro día a día. Dispositivos que se han convertido en una ventana abierta a la información y que han provocando una transformación radical en nuestra forma de comunicarnos, trabajar, comprar o consumir nuestro ocio.

Al igual que los teléfonos han irrumpido en nuestra vida lo han hecho también en la de nuestros hijos. El 75% de los niños de más de 12 años tiene móvil propio y a los 15 años se alcanza casi el 98%. Por este motivo surge la gran necesidad de ejercer una parentalidad responsable en la educación de nuestros hijos en la utilización de sus smartphones. Debemos saber que la tecnología en sí no es mala sino que el problema reside en el uso que se le da.

¿Y cómo se enseña a un adolescente a hacer un uso responsable de su dispositivo? En primer lugar, educando con nuestro PROPIO EJEMPLO. Si para nosotros nuestro teléfono es un apéndice de nuestra mano también lo será para ellos. Por esta razón, es imprescindible que seamos nosotros los primeros en realizar un uso coherente de nuestro dispositivo convirtiéndonos en el mejor modelo que puedan tener. El  buen uso de la tecnología depende, sobre todo, del sentido y la prioridad que le demos en nuestra vida.

Además es necesario que, junto a nuestros hijos, establezcamos pautas claras y concretas que faciliten un uso responsable y saludable y les expliquemos claramente cuáles serán las consecuencias si dichas normas no se respetan.

Deberemos también realizar un control parental de los contenidos a los que accederán nuestros hijos  a través de la red. No se trata de espiar o prohibir sino de proteger y educar. Existen numerosas APP,s en el mercado que pueden facilitarnos esta supervisión. Dichas aplicaciones nos ayudarán a evitar situaciones de riesgo, conocer la actividad de nuestros hijos en internet y limitar el tiempo de uso de los dispositivos. No podemos olvidar que la seguridad total en internet no existe pero los comportamientos seguros sí.

Nunca regalaremos un móvil sin estar convencidos que nuestro hijo es suficientemente maduro para hacer un buen uso de él. Tampoco utilizaremos  los smartphones como castigo o recompensa ya que si lo hacemos sólo conseguiremos que aumente el deseo de pasar más tiempo frente a la pantalla.


Deberemos estar muy atentos si durante su empleo aparecen señales de alerta que nos anuncian que nuestro hijo está abusando de su uso. Los cambios bruscos de comportamiento y/o humor, las dificultades de aprendizaje, el aumento de la agresividad o la irritabilidad, la baja autoestima o los trastornos de sueño o alimentación pueden alentarnos de que nuestro hijo presenta una dependencia al móvil o las redes sociales.

Antes de regalarle un móvil a nuestro hijo:

-  Nos aseguraremos que es consciente de la responsabilidad que está adquiriendo y conoce perfectamente los posibles peligros que puede encontrar en la red.

-       Le explicaremos que no permitiremos que su uso le reste tiempo para hacer otras actividades que consideramos importantes para su desarrollo (por ejemplo la práctica deportiva o el estudio de idiomas) o que le afecte en sus relaciones sociales.

Le aclararemos que será el único responsable de asumir los gastos de sustitución o reparación del dispositivo si no ha realizado un buen uso de él.

-   Le haremos adquirir el compromiso de no utilizar su teléfono para insultar, increpar, mentir o ver contenido pornográfico.

La elaboración de un Contrato de Uso entre padres e hijos es una herramienta muy eficaz a la hora de educar de forma responsable el uso del móvil y nos ayudará a que nuestros hijos asuman de forma controlada las responsabilidades que supone su adquisición.

Todo y que en internet podemos encontrar numerosos modelos de contratos de uso  se recomienda siempre crear uno propio, consensuado por ambas partes, que podrá ser modificable y ajustable con el paso del tiempo.

En el contrato deberán aparecer:

-  Los límites y las normas claras sobre el uso del dispositivo, el tiempo  y el espacio donde será utilizado.

-  Quedarán descritos los momentos que serán “libres de móvil” (hora de la comida, tiempo de estudio, actividades familiares, a la hora de dormir…) y que serán respetados por toda la familia.

-   Se  anotaran en él las contraseñas del dispositivo y de todas las redes sociales utilizadas que nunca serán modificadas sin permiso.

- Se establecerán las normas de conducta y privacidad (propia y la de terceros) en las llamadas, los mensajes y el uso de las redes sociales.

-  Se describirán en él las normas para la descarga y utilización de APP,s.

- Se recogerá en él el compromiso por parte de nuestro hijo de informarnos de cualquier conducta o contacto que le resulte incómodo o sospechoso por parte de un tercero.

- Se especificarán claramente las consecuencias cuando exista un uso inapropiado del dispositivo o el incumplimiento de algún protocolo de seguridad.

Este contrato nos ayudará a establecer relaciones de confianza entre padres e hijos permitiéndonos basar nuestra educación en la comunicación, el respeto y la confianza.

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