HIJO/A ALUMNO/A:
Ojalá te digan muchas veces que NO.
Ojalá les cueste creer en tu talento.
Ojalá tardes en encontrar tu vocación.
Ojalá tengas que empezar de cero en más de una ocasión.
Ojalá te equivoques a menudo.
Ojalá sientas que en ocasiones has hecho el ridículo.
Ojalá toques fondo, te sientas roto.
Ojalá la vida te ponga contra las cuerdas y aprendas inteligentemente del achuchón.
Ojalá alguien nos explicase desde bien pequeños que la VIDA va de eso, de fallar, aprender y volverlo a intentar. Que a menudo las dificultades acaban convirtiéndose en grandes maestros, que cada NO que encontramos en el camino puede convertirse en una nueva oportunidad. Que después de la tormenta llega la calma si tienes paciencia y trabajas para ello.
Ojalá alguien nos explicase desde bien pequeños que la VIDA va de eso, de fallar, aprender y volverlo a intentar. Que a menudo las dificultades acaban convirtiéndose en grandes maestros, que cada NO que encontramos en el camino puede convertirse en una nueva oportunidad. Que después de la tormenta llega la calma si tienes paciencia y trabajas para ello.
Que poco tiempo dedicamos en ocasiones a hablar con nuestros hijos o alumnos de las caídas, los fracasos, de las salidas de tono. Que poco les enseñamos a perder, a fallar útilmente, a aceptar el error de forma constructiva. A convivir con la derrota, a aceptar que no siempre es fácil conseguir lo que deseamos, a aceptar que hay cosas que no dependen de ti.
Ojalá existiese una asignatura en todas las escuelas y hogares que enseñase el ARTE DE EQUIVOCARSE, el de encajar golpes. Que explique que la vida no es sencilla ni previsible, que nos ejercite a creer en la voluntad y el empeño, en el trabajo y la constancia, a aceptar la vulnerabilidad.
Ojalá existiese una asignatura en todas las escuelas y hogares que enseñase el ARTE DE EQUIVOCARSE, el de encajar golpes. Que explique que la vida no es sencilla ni previsible, que nos ejercite a creer en la voluntad y el empeño, en el trabajo y la constancia, a aceptar la vulnerabilidad.
Una educación que desarrolle las estrategias necesarias para superar los tropiezos, para saber reconstruirnos cada vez que nos rompemos, para dejar de culparnos cuando no hemos sabido estar a la altura.
Que enseñe a vivir en el aquí y el ahora con honestidad y agradecimiento. Una materia que nos entrene en perseverancia y valentía, que nos enseñe a pedir ayuda siempre que haga falta, a tomar decisiones sin que nos tiemble el pulso, a asumir responsabilidades. Que nos prepare a crecer sin excusas ni postergas, a poner el foco en lo importante, a asumir retos eligiendo los mejores aliados.
Ojalá pongamos de moda en la educación la práctica del error, el arte de la equivocación, la maestría de saber encajar golpes con.
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