Sònia

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dijous, 29 de juny del 2023

Limitar el tiempo y otros consejos para evitar que tus hijos sean esclavos de la tecnología

Desde que las tabletas, los portátiles, las consolas y, especialmente, los smartphones llegaron a nuestra vida, hace ya unos cuantos años, nuestra forma de trabajar, comunicarnos, consumir e interaccionar con nuestro entorno ha cambiado radicalmente. Vivimos conectados casi las 24 horas a los dispositivos. Sin ser muy conscientes de ello, los consultamos de forma casi constante. Al levantarnos, mientras comemos, cuando caminamos por la calle, esperamos a alguien o incluso cuando compartimos sobremesa con amigos y familiares. Cualquier pretexto es bueno para echar un vistazo rápido a una notificación o enviar un mensaje a alguno de nuestros contactos.
Estos instrumentos móviles se han convertido en un elemento imprescindible e indispensable para la mayoría y nos han aportado muchas cosas positivas a nuestras vidas: nos permiten trabajar desde casa, jugar en línea, comunicarnos con nuestros seres queridos desde cualquier punto del mundo o acceder a cualquier tipo de información.
Pero pasar demasiado tiempo conectados a estos terminales, o hacer un mal uso de ellos, provoca consecuencias negativas tanto a nivel físico como mental. Si los utilizamos en exceso y sin ningún control puede conllevar adicción, problemas asociados con el sueño o la visión, sedentarismo o baja autoestima, en el caso de que en las redes sociales no se obtengan el número de seguidores o Me gusta que se desea, por ejemplo. Los niños y adolescentes no están exentos de padecer estos problemas porque están creciendo en un mundo digital que les envuelve y domina. Muchos de ellos pasan demasiado tiempo conectados a internet sin un control adecuado por parte de sus adultos de referencia.
Un empleo descontrolado de la tecnología puede provocar también en los hijos aislamiento, irritabilidad, estrés, bajo rendimiento académico y afectar directamente a sus relaciones sociales. El abuso de los dispositivos tecnológicos exige inmediatez, provoca hiperestimulación y dificulta la tolerancia a la frustración, llegando a convertirse, en algunos casos, en una golosina emocional que calma o esconde emociones como la tristeza, la ira, la inseguridad o el miedo.

La solución para que los niños y adolescentes hagan un buen empleo de sus dispositivos no pasa por prohibir de forma radical su uso. El objetivo de las familias debería centrarse en enseñarles a gestionarlos de manera adecuada y sana. Si desde bien pequeños aprenden a utilizarlos correctamente, las tecnologías pueden convertirse en grandes aliados para el aprendizaje, los momentos de ocio y el contacto con otros. Establecer unos hábitos saludables con los dispositivos tecnológicos es clave para evitar conflictos en casa o evitar el consumo de contenido inadecuado.
Claves para un buen empleo de la tecnología
  1. Limitar el tiempo en función de la edad del niño. Un aparato electrónico nunca puede sustituir el tiempo que los padres pasan con sus hijos o convertirse en la única forma de ocio, distracción o contacto con otras personas. Elaborar un horario donde se establezcan los momentos en los que el menor puede emplear los dispositivos en casa ayudará a evitar el abuso y mal uso.
  1. Continuar leyendo: https://elpais.com/mamas-papas/expertos/2023-06-22/limitar-el-tiempo-y-otros-consejos-para-evitar-que-tus-hijos-sean-esclavos-de-la-tecnologia.html

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