Sònia

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dilluns, 1 de febrer del 2016

CONSEGUIR AMAR LO QUE UNO HACE

- Ya he acabado mamá.

-¿Lo has acabado de entender?

- Sí, pero ahora casi no me queda tiempo para jugar.

- Tienes un ratito antes de cenar.

- Es un rollo que nos hagan trabajar tanto en casa, sólo nos mandan deberes para fastidiar.

- Los deberes nos ayudan a aprender.

- Ya, pero es que yo quiero tener tiempo para poder elegir lo que me apetezca hacer.

- Tienes razón, ojalá los deberes enseñasen a soñar.

Las tardes de muchos hogares españoles se convierten en un auténtico calvario donde padres e hijos batallan a la hora realizar las tareas escolares. Los deberes se convierten en fuente de conflicto, de tensión y nerviosismo, roban horas de calidad familiar y engendran círculos viciosos que perjudican seriamente el ambiente . Algunos niños buscan el momento del trabajo en casa para llamar la atención y conseguir así una atención extra por parte de sus padres.

España es uno de los países europeos con más horas lectivas pero sin embargo aparece entre los países que peores resultados educativos obtiene. Muchos de nuestros escolares están sometidos a realizar jornadas académicas que superan, en ocasiones, a las laborales que realizan sus progenitores.

El debate sobre si los niños deben o no hacer deberes es uno de los temas educativos que más controversia y desacuerdo ha creado a lo largo de la historia de la educación. Existen corrientes que defienden a ultranza que nuestros hijos repasen de forma sistemática los contenidos trabajados en el aula y las que están a favor de eliminarlos de forma radical de la vida escolar, para variedad los colores. Millones de folios se han escrito sobre el tema sin haber llegado a un acuerdo que convenza a todos.

Como madre y maestra abogo por una racionalización de los deberes. Los niños deben tener tiempo para ser niños, para realizar actividades de ocio, para explorar, vivir miles de experiencias no regladas, crear y experimentar, disfrutar del juego no dirigido y especialmente, tiempo para aburrirse El aburrimiento es una herramienta imprescindible para desarrollar la creatividad e imaginación. Dejemos que nuestros hijos pierdan el tiempo, creen la manera de disfrutar tiempo libre y evitemos que siempre estén expuestos a horarios o quehaceres.

Los deberes no pueden convertirse en un castigo para los escolares ni en un elemento tóxico que enturbie las relaciones familiares, colapsando el tiempo no lectivo. Tareas repetitivas, poco significativas, que intentan suplir el tiempo perdido en clase o recuperar el contenido que no ha dado tiempo de trabajar. Faena que sólo consiguen desmotivar, cubrir el expediente para evitar el castigo y saturar el tiempo libre. El aprendizaje no se consigue gracias a la repetición sistemática así que, pasarse muchas horas delante de un libro, no asegura mejores resultados. Además, los deberes pueden convertirse en un elemento de desigualdad social ya que no todas las familias disponen de tiempo, conocimientos o recursos para poder ayudar a sus pequeños.

No se trata de endemoniar los deberes sino de encontrar su parte positiva, ya que si se programan bien, pueden ayudar a mejorar el rendimiento educativo. Los deberes deben estar adaptados a la necesidades educativas de cada alumno, a sus intereses y ritmos de aprendizaje. Creo en los deberes que desarrollan competencias, que estimulan, que facilitan el aprender haciendo. Un aprendizaje creativo lleno de curiosidad y emoción que anime a construir e investigar. Actividades que motiven a no querer dejar de aprender, relacionar, a mostrarse crítico, probar, errar y volver a empezar. Que aporten valor a lo aprendido, que nos hagan dudar o nos impliquen a actuar.

Deberes que acerquen a padres e hijos a compartir el fascinante mundo del saber, que involucren a las familias en el trabajo realizado en el colegio. Tareas que ayuden a adquirir hábitos de estudio, de trabajo y organización, que fomenten la responsabilidad y autonomía. Faenas que potencien el esfuerzo y la constancia, a la vez que aporten significado al proceso de aprendizaje.

Consigamos una cordura a la hora de hacer trabajar a nuestros pequeños en casa con el único objetivo de conseguir que se enamoren de las ganas de aprender.



11 comentaris:

  1. Totalmente de acuerdo. Soy partidaria de los deberes (tareas se llaman aquí) pero con sentido del común. No es normal que los niños hipotquen sus tardes completas sin tiempo para jugar, o soñar como dices. MI hija con 6 años y medio lo está viviendo y es contraproducente. Es una niña muy inteligente, estudia como la que más pero está tan cansada y enfadada...que ese esfuerzo no se ve recompensado. Cálculo, matemáticas, problemas, cálculo menta, dictado, lengua, sociales, naturales, inglés...¿Es normal? No. No lo es. Se frustra, y se rebela. Y en lugar de consolidar aprendizaje reclama atención y se queja. COn ella no están consiguiendo más que el efecto contrario. Tiene un maremagnum de información en su cabeza, y lo reconoce "no sé que tengo que contestar mamá, no entiendo las preguntas..." No ´se cuál es el techo, porque miedo me da pensar en un par de años, en su futuro. Acumular saber enciclopédico sin dar oportunidad a desarrollarse y crear....

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    1. Me encanta lo del saber enciclopédico, un saber que no les servirá para nada en la vida. Dejémosles experimentar y crear!!
      Un abrazo

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    2. L'autor ha eliminat aquest comentari.

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  2. Muy de acuerdo contigo. Como maestro y padre, considero que los deberes a edades de primaria, impiden al niño o niña estimular el juego, el ocio, el aburrimiento y sobretodo incrementa más la brecha o la diferencia entre aquellos que pueden tener unos padres a su lado para ayudarles, y aquellos que por trabajo de sus progenitores no pueden tener ayuda, o simplemente se desentienden.

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  3. Me encanta el artículo, buena reflexión que deja abierto a los padres buscar ese punto en el que sientan cada uno que es lo adevuaho; lo malo que hacer si se considera que son excesivos los deberes y tareas... Dejar el colegio? Supongo que una buena programación ayuda a sobrellevarlo. Ya te contare cuando me llegue querida sonia, pero me temo que el cole de mi peque es de los que les desbordan....

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    1. Totalmente de acuerdo debemos encontrar un equilibrio

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  4. Totalmente de acuerdo os deberes quitan mucho tiempo a los pequeños y además con los datos se puede percibir que no son la solución a mejorar el rendimiento académico. Como bien dices hay que tener cordura y hacer que si hay deberes estos sean motivantes y enriquecedores.

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  5. Podria estar aplaudiendote toda la noche!!! Totalmente de acuerdo!!!
    Un saludo!

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