Sònia

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dimecres, 25 de maig del 2022

StayHealthy, el programa de la Fundación Quirónsalud que promueve los hábitos saludables de los adolescentes

                            
StayHealthy es un programa de innovación educativa de la Fundación Quirónsalud dirigido a todos los alumnos de secundaria de nuestro país. 

Des del 2018 han participado en él más de 800 centros educativos (públicos y concertados), superando los 14.000 alumnos en sus sesiones presenciales y los 45.000 a través de su motivadora aula virtual.

Un proyecto interactivo y digital basado en un aprendizaje activo, autónomo y cooperativo elaborado por psicopedagogos, alumnos y personal sanitario (especialistas en Nutrición, Neumología, Neurología, Dietética, Coaching, Fisioterapia, Pediatría y Psicología)que pretende promover los hábitos saludables de nuestros adolescentes y contribuir a mejorar su calidad de vida.

Los contenidos del programa están organizados en 7 temáticas: Nutrición, Sueño, Ejercicio físico, Covid19, Salud mental, Adicción a la nuevas tecnologías y Adicción a substancias. Unas temáticas que ayudarán a los alumnos a hacer frente a la vorágine de cambios físicos, psicológicos, cognitivos, emocionales y sociales por los que transitan y a resolver muchas de las dudas que éstos les despiertan.

A través de su plataforma virtual, los docentes que se inscriban de forma totalmente gratuita al programa, podrán encontrar todo el contenido del proyecto: completas guías didácticas, actividades interactivas, materiales descargables, videoblogs formativos y juegos interactivos que facilitarán el trabajo con los alumnos tanto de forma virtual como en el aula a través de diferentes proyectos de aprendizaje.

El programa ofrece dinámicas en formato online como presencial que se adaptan fácilmente a cada centro educativo, curso y estilo del profesorado. Además, a través del juego SIM Hospital Quirónsalud nuestros adolescentes podrán convertirse en coaches sanitarios y pasar consulta a pacientes ficticios con diferentes patologías trabajadas en las temáticas del programa.

Además, los centros interesados podrán solicitar sesiones presenciales donde expertos sanitarios especializados en las temáticas acompañan a los psicopedagogos que imparten los talleres en el aula. Así los alumnos pueden  resolver en primera persona las dudas e inquietudes que la temática les despierta.

Mediante un trabajo transversal e interdisciplinar y una metodología activa los alumnos podrán ir aprendiendo los conocimientos y procedimientos necesarios para adquirir unos buenos hábitos saludables y conseguir un desarrollo armónico, tanto a nivel físico como mental, y aprender a prevenir posibles adicciones tecnológicas o a substancias.

Si eres docente de secundaria, ¿a qué esperas para inscribir a tus alumnos? Podrás hacerlo rápidamente en https://stayhealthyaulavirtual.es/pre-registro-de-profesor/

Si eres papá o mamá de un chico o chica adolescente ¿te animáis a informar sobre el proyecto a los profesores del instituto o colegio de tu hijo? Te dejo la web para que puedas hacerlo: https://stayhealthyaulavirtual.es/

dimarts, 24 de maig del 2022

5 CLAVES PARA CONECTAR CON UN ADOLESCENTE

Si existe una etapa educativa difícil de acompañar es sin duda la de adolescencia. Un período educativo convulso que a las familias nos cuesta mucho entender y manejar. Donde parece que la conexión con nuestros hijos desaparece y tener un día en calma es casi una misión imposible.

Durante este período de desarrollo las disputas y los tira y afloja con nuestros adolescentes se entrelazan sin parar. La impotencia y la culpa nos invaden cuando las malas caras y las salidas de tono son casi constantes, cuando no nos entendemos y los silencios se vuelven incómodos.

Educar a un adolescente es una tarea complicada, repleta de retos diarios y de estrategias por aprender. No es fácil entender por qué nuestros hijos en ocasiones se muestran tan rebeldes, desafiantes y les cuesta tanto escuchar nuestras opiniones.

Que fácil es perder la paciencia con ellos, contagiarse de sus cambios de humor, sentirse herido con sus cuestionamientos. No alzar la voz cuando dan portazos o realizan juicios de valor que llenan de recelos el hogar.

Qué complicado es en ocasiones acompañar desde la calma y la empatía esta etapa. Entender la rebeldía, las conductas arriesgadas o la apatía que muestran ante las cosas. La falta de compromiso para cumplir con sus responsabilidades y la imperiosa necesidad de saltarse los límites y las normas. Que complicado se hace conversar sin discutir, aceptar que nos necesitan de forma diferente y dar respuesta a sus nuevas necesidades.

La adolescencia es el período de transformación y reafirmación personal en el que nuestros hijos deben hacer frente a una vorágine de cambios físicos, psicológicos, cognitivos, emocionales y sociales que les provocan mucha confusión e inestabilidad. A estos cambios, deberemos sumarles las dificultades que presentan para controlar su impulsividad y para modular correctamente las emociones por las transitan. Unos años de sana desobediencia  en los que mostrarán muchas dificultades para hacer frente a la frustración y para reconocer sus errores.

Pero es en esta etapa tan compleja cuando nuestros hijos e hijas necesitan que les mostremos nuestra mejor versión, nuestra presencia y disponibilidad aunque no nos lo demuestren. Que sigamos siendo el pilar donde apoyarse, el refugio donde acudir cuando se sientan contrariados o perdidos. Que les ayudemos a descifrar el torbellino de sentimientos que sienten y nos convirtamos en un modelo seguro, estable y coherente para ellos.

A un adolescente se le educa con grandes dosis de serenidad y cariño. Entendiendo lo difícil que es para ellos hacerse mayor y vivir en una sociedad tan competitiva que va tan deprisa. A su lado, necesitan adultos, pacientes que entiendan lo que les sucede, que atiendan sus necesidades y les escuchen sin cuestionarlos pero sin mentirlos. Que les sostengan cuando se sientan vulnerables y les ayuden a construir una autoestima.

Que sea una etapa tan agitada no significa que también pueda llegar a ser maravillosa. Los adolescentes son egocéntricos, rebeldes e impulsivos pero también son elocuentes, cariñosos y colaboradores.

Nuestros adolescentes necesitan sentir que les entendemos, respetamos sus gustos y necesidades y no les juzgamos ni les llenamos de etiquetas. Que conectamos con ellos emocionalmente y les acompañamos sin dramatismos y con grandes dosis de sentido común y del humor.

Que consensuemos normas, no les presionemos con nuestras expectativas y les aceptamos tal y como son. Que les dejemos crecer sin sobreprotegerles y encontremos el equilibrio entre la exigencia y la libertad.

Aprovechemos esta etapa educativa para estrechar vínculos y demostrarles nuestro amor incondicional. Confiando en ellos, dejándoles la distancia necesaria para que puedan crecer libres, para que tomen decisiones aunque sepamos que van a equivocarse.

¿Cómo podemos conectar con nuestros hijos adolescentes?

1. Hablando con ellos con ganas de entendernos, sin ironías, interrogaciones, tonos acusativos o comparaciones. Con un lenguaje lleno de respeto y grandes dosis de afectividad. Pactemos fórmulas que satisfagan a ambos lados, interesémonos por aquello que les gusta o les preocupa.

2. Regalándoles grandes dosis de cariño con miradas que acojan, abrazos que protejan, palabras que entiendan y gestos que mimen. Recordémosles a diario lo mucho que les queremos y valoramos sus esfuerzos. Convirtiéndonos en mejor de los ejemplos a la hora de gestionar los conflictos, modular nuestras emociones y controlar nuestra ira.

3. Consensuando normas, flexibilizando límites, estableciendo consecuencias cuando no cumplan los pactos. Respetando la intimidad que necesitan, sus ritmos vitales, sus silencios que calman. Ayudémosles a asumir sus responsabilidades sin expectativas que ahoguen, a quererse con sus capacidades y defectos.

4. Validando todas las emociones que sienten, a identificar los sentimientos preguntándoles qué es lo que les preocupa, ayudándoles a encontrar respuestas a sus inquietudes o miedos. Enseñándoles a gestionar los riesgos, los cambios anímicos, la melancolía.

5. Dándoles protagonismo en la familia, valorando sus opiniones, escuchando sus demandas, ofreciendo nuestra ayuda sin reproches. Educándoles con mucho respeto y permitiendo que empiecen a dibujar su propio camino con autonomía e iniciativa personal.

Robert Louis Stevenson decía “Quiéreme cuando menos lo merezca, porque será cuando más lo necesite”. Ofrezcamos a nuestros hijos adolescentes nuestro apoyo, oportunidades y no nos cansemos de decirles lo importante que son para nosotros.

dilluns, 9 de maig del 2022

Seis claves para desarrollar la resiliencia en los adolescentes

 La adolescencia es la etapa de desarrollo en la que nuestros hijos e hijas deberán hacer frente a muchas experiencias y muchos contratiempos. Un período convulso repleto de cambios físicos, psicológicos, cognitivos, emocionales y sociales a los que tendrán que aprender a afrontar y dar respuesta. Unos cambios que a menudo les generará mucha inseguridad e inestabilidad, que les provocará que en muchas ocasiones no sepan modular las emociones ni pedir ayuda de forma adecuada.

Una etapa donde estarán construyendo una nueva identidad, adquirirán nuevas responsabilidades y tendrán que asumir las consecuencias de ellas. En la que cometerán muchos triunfos, pero también errores fruto de la falta de experiencia y de maduración.

Para poder lograrlo, deberán poner en práctica la resiliencia. Podemos definirla como la capacidad que le permite al ser humano mantenerse a flote frente a las adversidades, superarlas y fortalecerse a partir de ellas. Una habilidad transversal que afecta a muchas áreas de la personalidad y que nos permite sobreponernos a los contratiempos.

Sin duda, es una de las competencias más difíciles de aprender y, por este motivo, es imprescindible que las familias ayudemos a nuestros hijos a desarrollarla desde que son bien pequeños. Ningún padre o madre quiere que su hijo lo pase mal, pero el dolor y el sufrimiento es también parte de la vida. Por este motivo, debemos proporcionarles las herramientas necesarias para poder responder a los desafíos que se encontrarán en su día a día de la mejor forma posible.

La resiliencia es un viaje de descubrimiento, un proceso dinámico en el que se aprende a dar solución a los problemas de manera positiva y efectiva. Además, su desarrollo ayuda a manejar el estrés y los sentimientos de ansiedad de una manera mucho más tranquila.

Los adolescentes resilientes tendrán la capacidad de hacer frente a los retos que les regalará a diario este período evolutivo con una mejor autonomía y autoestima. Sabrán superar los tropiezos de manera mucho más optimista, ser perseverantes ante los desafíos y pedir ayuda siempre que lo necesiten.