Sònia

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dilluns, 9 d’octubre del 2023

Yolanda López, doctora en educación: “Informar al niño sobre qué es la alta capacidad y ayudarle a entenderla influirá mucho en su autoestima”


Según Javier Tourón (Vigo), catedrático emérito de la Universidad UNIR y uno de los grandes expertos en altas capacidades y desarrollo del talento de España, más del 90% de los niños superdotados están aun sin identificar y sin diagnosticar.
 Esto supone que la identificación temprana sigue siendo muy baja y este infradiagnóstico provoca que muchas familias reciban el diagnóstico después de una larga travesía de visitas a diferentes especialistas alertados, habitualmente, porque el comportamiento de sus hijos no se asemejaba al del resto de niños de su edad.

Para la mayoría de familias, recibir este diagnóstico supone un gran sobresalto. La falta de información sobre qué supone presentar altas capacidades, la incomprensión en ocasiones por parte del entorno y los falsos mitos asociados a ellas generan en las familias mucha confusión y miedo. Una gran preocupación por no saber cómo dar respuesta a las necesidades personales, emocionales y académicas de su hijo. Según Yolanda López (Igualada, Barcelona, 48 años), doctora en educación, “tener un informe psicopedagógico que confirme la existencia de esas altas capacidades ayuda a los padres y madres a comprender muchas actitudes y comportamientos de sus hijos y a saberlos acompañar en su desarrollo personal, socioemocional y académico.


P. ¿Qué necesita un niño o joven con alta capacidad de sus padres?


R. La comprensión y el acompañamiento por parte de las familias es fundamental. Yo creo que como todos los niños y jóvenes, que los conozcan, que les quieran por lo que son y no por lo que son capaces de hacer, que descubran qué necesitan, ofreciéndoles un feedback que le impulse a seguir creciendo y desarrollándose. La relación con otras familias con hijos con alta capacidad será muy positiva para poder compartir experiencias. En España existen muchas organizaciones de padres y madres que están haciendo un trabajo maravilloso.


P. ¿Qué falsos mitos existen en torno a las altas capacidades que las familias no deben creer?


R. Primero, debemos entender que un mito es una idea estereotipada, sin base científica, que dificulta y confunde la comprensión de un aspecto. Los mitos relacionados con las altas capacidades son muchos y muy diversos y los encontramos en la sociedad, en el trasfondo de las normativas, en los medios de comunicación, en los colegios… Entre estas ideas erróneas destacaría que se piensa que son alumnos que no necesitan ayuda para aprender porque aprenden solos, que habitualmente presentan trastornos mentales o un menor número de habilidades sociales en relación con el resto de niños y jóvenes. Además, se supone que son niños disruptivos que causan problemas en el aula. ¿Cómo colaborar para que estos mitos desaparezcan? Conociendo y respectando sus características, necesidades e intereses para dar respuesta a sus necesidades educativas y potenciar su talento.


PREGUNTA. ¿Qué signos pueden alertar a las familias de que su hijo o hija puede tener alta capacidad?


RESPUESTA. En primer lugar, destacar que cada niño o niña con alta capacidad presenta un perfil distinto, es un colectivo de menores muy heterogéneo. Esto supone que cada uno presenta unas características distintas que hay que conocer y a las que hay que dar respuesta. Pero sí que se pueden identificar una serie de particularidades que pueden ayudar a las familias a pensar que sus hijos pueden presentar altas capacidades como pueden ser: aprender a hablar, leer o escribir muy tempranamente y casi de manera autodidacta, presentar buenas capacidades de comunicación (hablar o escribir de manera original), rapidez e inagotable deseo de aprender rechazando las tareas mecánicas y repetitivas, excelente memoria y capacidad para procesar la información, tener mucha creatividad y gran capacidad de liderazgo. Además, mostrar interés por cuestiones sociales y morales.


P. Tras la identificación y el diagnóstico de alta capacidad, ¿qué deberían hacer las familias?


R. En primer lugar, conocer cuáles son las características y necesidades que tiene su hijo para poder acompañarlo en su desarrollo personal y académico. En segundo lugar, en muchas ocasiones, se recomienda ponerse en manos de un especialista en alta capacidad porque este les ayudará a resolver dudas y a orientarles en todo lo que necesiten relacionado con su seguimiento y desarrollo.


P. ¿Cuándo una familia debe explicar a su hijo que tiene alta capacidad?


R. Esta es una gran pregunta. Algunas familias tienen miedo a hacerlo porque piensan que supondrá “ponerle una etiqueta” que le hará sentirse distinto a los demás niños. Informar al niño sobre qué significa el diagnóstico y ayudarle a entender cuáles son sus fortalezas y debilidades influirá muy positivamente en su autoconocimiento, confianza y autoestima.


P. ¿Qué necesita un niño o joven con alta capacidad de sus padres?


R. La comprensión y el acompañamiento por parte de las familias es fundamental. Yo creo que como todos los niños y jóvenes, que los conozcan, que les quieran por lo que son y no por lo que son capaces de hacer, que descubran qué necesitan, ofreciéndoles un feedback que le impulse a seguir creciendo y desarrollándose. La relación con otras familias con hijos con alta capacidad será muy positiva para poder compartir experiencias. En España existen muchas organizaciones de padres y madres que están haciendo un trabajo maravilloso.


P. ¿Qué falsos mitos existen en torno a las altas capacidades que las familias no deben creer?


R. Primero, debemos entender que un mito es una idea estereotipada, sin base científica, que dificulta y confunde la comprensión de un aspecto. Los mitos relacionados con las altas capacidades son muchos y muy diversos y los encontramos en la sociedad, en el trasfondo de las normativas, en los medios de comunicación, en los colegios… Entre estas ideas erróneas destacaría que se piensa que son alumnos que no necesitan ayuda para aprender porque aprenden solos, que habitualmente presentan trastornos mentales o un menor número de habilidades sociales en relación con el resto de niños y jóvenes. Además, se supone que son niños disruptivos que causan problemas en el aula. ¿Cómo colaborar para que estos mitos desaparezcan? Conociendo y respectando sus características, necesidades e intereses para dar respuesta a sus necesidades educativas y potenciar su talento.

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