Sònia

Sònia

dimarts, 19 d’abril del 2016

100 KM SOLIDARIOS

Las mejores cosas en la vida aparecen sin buscarlas, de manera casual se cruzan en tu camino para hacerlo mucho más emocionante, para enseñarte un sinfín de aprendizajes, para hacerte crecer. Un reto solidario apareció en nuestra ruta y 4 mamás valientes decidimos embarcarnos en él. Ocho meses por delante para preparar 100 km solidarios. Una jugadora de pádel, dos mamás sedentarias y una maratoniana dispuestas a demostrar a nuestros ocho hijos que querer es poder, que quien no arriesga no gana, que sólo los valientes consiguen lo que quieren, que en la vida se pierde más por miedo que por intentarlo.
Cuatro mujeres con poco que perder y mucho por ganar.

32 semanas por delante para conseguir la aportación económica necesaria para poder inscribirnos en la carrera y aportar así nuestro pequeño grano de arena con la ONG Intermón Oxfam. 225 días para entrenar de forma responsable, para conciliar nuestra vida familiar y profesional con nuestro sueño. Meses llenos de dudas e incertidumbre, de momentos mágicos, de lecciones de vida. De molestias físicas, de bajones emocionales, de instantes de abatimiento.
De darse cuenta como nuestro cuerpo se adaptaba al sacrificio, como cada paso nos provocaba una sonrisa.   De trabajar duro para perder el miedo a la distancia, de aprender a confiar en nuestra ilusión, de conseguir sacar la mejor versión de cada una de nosotras.

Meses de sentirte querida por gente que es capaz de tocarte el alma con pequeños gestos, que te dan la mano sin pedir nada a cambio para ayudarte a saltar las piedras del camino. Gente que contagian magia y coraje, que te hacen sentir grande, que creen en tu sana locura, que te regalan sonrisas en los momentos de decaimiento. Una mujer estupenda que crea pulseras para nuestro reto, 8 empresas que de forma desinteresada deciden patrocinar nuestro proyecto, aportaciones de desconocidos y amigos del 2.0. El Club de las Malasmadres que da voz a nuestro sueño, un grupo de rockeros que organiza un concierto a nuestro beneficio, un experto en marketing que nos ofrece su sabiduría, un entrenador personal que nos marca cada paso.

Días para aprender a confiar en las ganas de conseguirlo, para descubrir la fuerza que albergamos en nuestro interior, para desear que ocurran las cosas, para crear las sinergias necesarias. Momentos para aliarnos con aquellos que creían en nuestro proyecto sin peros ni porqués y para silenciar a aquellos que dudaban de nuestras capacidades, aquellos que no se atreven a soñar grande.

Un reto solidario que nos instruye a aceptar la fragilidad, la vulnerabilidad, el miedo a no estar a la altura. Un proyecto que nos exige asociarnos con nuestras imperfecciones,  a romper todos los límites que nosotras mismas nos habíamos creado, a comprometernos a fuego. A no titubear cuando nuestro cuerpo se quejaba y a creer en el talento aprendido, aquel que sólo se consigue con constancia y trabajo.


Largos meses donde hemos aprendido a confiar en el trabajo en equipo, a respetar ritmos y deseos, a no dejarnos acomplejar por los que se reían de nuestras posibilidades. A remar a contracorriente cuando algo se empezaba a torcer, a trabajar a ocho manos, a volver a empezar las veces que ha hecho falta. A ser conscientes que cada pequeño paso nos acercaba a nuestro objetivo, a saber que las dificultades nos fortalecían, que cada pequeño logro nos engranaba el alma.

La semana previa estuvo llena de incertidumbre, de emociones a raudales, de perfilar preparativos, de valorar lo conseguido, de hilo de voz cada vez que intentábamos expresar lo vivido, de "mamá" cuando no puedas más piensa que los ochos os estaremos esperando en meta.

Pistoletazo de salida y 32 horas para completar nuestro camino, serotonina  y dopamina a niveles estratosféricos. Kilómetros recorridos entre risas y silencios, entre ánimos y desalientos, confidencias y deseos. 100 km para tocar con las puntas de los dedos el cielo pero también el infierno. Millas para disfrutar del regalo de conocer a gente anónima que compartían nuestra quimera, para descubrir los  motivos para compartir el sendero, para que nos narrasen sus ganas de superación.

Horas de ir superando cada avituallamiento entre el dolor y la ilusión de conseguirlo, de utilizar como mejor medicina el deseo de cruzar la meta junto a nuestros hijos. De calor extremo, de superar vómitos, curar llagas y luchar contra el sueño. De superar la noche que tanto nos castigaba, de sobreponerse a las molestias que casi ya no tolerábamos. Horas de sentirte especial con los cuidados de nuestro equipo de apoyo, por recibir cientos de mensajes de aliento, por sentir que nuestros pasos iban a contribuir a mejorar vidas, que nuestro trabajo mejoraba nuestro entorno.


Recorrer el último kilómetro conteniendo el llanto, andando bien juntas saboreando lo conseguido. Últimos instantes para sonreír a todos aquellos que nos veían llegar a nuestro destino, para aplaudir a aquellos que valoraban nuestro esfuerzo, para abrazar con todas nuestras fuerzas a nuestros pequeños, para mirar con complicidad a nuestros maridos, para agradecer que nos acompañasen nuestros amigos.

Instantes para cruzar la meta dando las gracias por todo lo recibido, para mirar al cielo al ver que lo habíamos conseguido y acordarnos de aquellos que ya no están pero desde algún lugar nos habían echado una mano.

Sin duda las mejores 25 horas de nuestras vidas para no olvidar nunca que creer en uno mismo cada día resulta la mejor estrategia que nos podemos plantear.

14 comentaris:

  1. Enhorabuena otra vez equipo, que bonita la experiencia contada en primera persona! Un besazo Sonia

    ResponElimina
  2. Eres todo un ejemplo a seguir. Espíritu de superación. Un abrazo bien fuerte a ti y a tus tres compañeras de equipo.

    ResponElimina
    Respostes
    1. Muchas gracias, el secreto está en buscar un buen equipo!!

      Elimina
  3. Ya sabes que eres mi heroína! Sois muy grandes tan sólo por haberlo intentado y más después de haberlo conseguido.
    Muchos besos.

    ResponElimina
  4. Sonia sin duda envidiable que pena no poder rodearme de gente así y que cree en eso valores,superacion,esfuerzo y lo más grande la experiencia.Este fin de semana en Espíritu hemos estado muchas con vosotras.Enorabuena!!! Y a por otro ;)

    ResponElimina
  5. Sonia sin duda envidiable que pena no poder rodearme de gente así y que cree en eso valores,superacion,esfuerzo y lo más grande la experiencia.Este fin de semana en Espíritu hemos estado muchas con vosotras.Enorabuena!!! Y a por otro ;)

    ResponElimina
  6. Grandes , Sonia y compañía! Te mando un beso súper fuerte. Enhorabuena!

    ResponElimina
  7. Eres una campeona, en muchos aspectos.
    Un ejemplo a seguir!!!

    ResponElimina
  8. Eres una campeona, en muchos aspectos.
    Un ejemplo a seguir!!!

    ResponElimina

Nota: Només un membre d'aquest blog pot publicar entrades.